La crisis de deuda en Europa está produciendo que frente al miedo de la posible quiebra de Grecia, los bancos comiencen a no prestarse dinero y que no puedan colocar su deuda, notándose en la economía real en distintas versiones como escasez de crédito y una traba más para salir de la crisis.
Países como Grecia, fueron los primeros en comenzar con el problema, al esconder sus resultados económicos reales, y descubriéndose una autentica trama de irregularidades, mientras que Portugal es otro país que tiene una economía muy pequeña en comparación con cualquier miembro de la UE e Irlanda dispone de un sistema bancario completamente desproporcionado.
Lo difícil de entender es el castigo que están sufriendo países como España e Italia, con un déficit del 9,2 % del PIB y una deuda del 60 % en el caso de España y una deuda del 119 % del PIB, además de un déficit del 4,6 % en el caso de Italia.
Con estos datos, estos dos países de la UE no son los peores, pero los mercados traen noticias en forma de rumores que apuntan a que no podrán hacerse cargo del pago de su deuda.
Las especulaciones y los rumores están consiguiendo que la deuda de España e Italia, cada vez sea más costosa para ambos países, teniendo que devolver el dinero de una manera más cara, y algo que a su vez reducirá sus cuentas.
Volviendo al caso de la posible quiebra de Grecia, no es de extrañar que Alemania tenga sus preocupaciones, al igual que Francia, ya que Alemania tiene comprada deuda por un valor de 28.314 millones de euros, mientras que Francia suma un total de deuda griega de 46.133 millones de euros. Francia, Alemania y otros países miembros de la UE no son partidarios de rescates por un temor a la subida de la inflación, aunque el Banco Central Europeo (BCE) ya ha invertido 143.000 millones de euros en deuda europea, como un ejercicio de inyección de liquidez.
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